Se cuenta que en el juego de la Game Boy pokemón Rojo, al finalizar la
historia de la torre Lavanda, llegabas a encontrarte con una tumba de un Marowak fallecido al que te tienes que
enfrentar. Si usas el Silph Scope, revelaras
así su forma original además de derrotarlo, calmando así su alma haciéndolo volver al descanso eterno.
Pues según
este relato, la tumba de la Marowak es sustituido por la imagen de un hombre
enterrado en el suelo, con aspecto desnutrido y calvo, donde aún permanece con
vida. Al llegar a este último piso, se da una conversación directa con él
automáticamente, del cual esta es una de sus conversaciones:
Buried
Alive: Estás... aquí.
BA: Estoy atrapado...
BA: Y estoy
solo...
BA: Muy, muy
solo...
BA: ¿...te
unes a mí?
Después de
que el termine de conversar, te daba a responder con un “sí” o un “no”, si
decías que “no” podías seguir jugando siempre atascado en Pueblo Lavanda pero
si decías que “sí” comenzarías en una secuencia de batalla con él.
El hombre
enterrado aparece en la pantalla como un entrenador, donde posee dos manos blancas a un nivel de 75, un Gengar
a nivel 69 y un Muk a nivel 75.
Por lo
visto, lo esperado es que no le ganases, por lo que si le derrotabas con un
golpe de suerte, el juego se colgaría
pues no se escribió ninguna función en caso de victoria, pero podrías volver al
juego reseteándolo haciendo que el juego volviera a funcionar y consiguiendo
pasarte el pueblo lavanda como si hubieses enfrentado al Marowak ya que no se
hace mención del personaje en todo el juego.
En cambió,
si perdieses la batalla finalizaría con una vista habitual y el hombre
enterrado respondiéndote entre un extraño
galimatías:
“¡Por fin!
¡Carne fresca!”
Tu personaje
es arrastrado hasta el hombre enterrado y la pantalla se oscurecería hasta
convertirse en un fondo negro, con la espeluznante imagen del hombre enterrado
devorando a tu personaje, sin la oportunidad de reaparecer en el centro Pokemón
como habitualmente solías hacer.
Lo peor de
todo no es la imagen en si sino que por mucho que intentases apagar la consola
o retirar la tarjeta de la Game Boy o reiniciarlo no te saldría ni la pantalla
del inicio de la consola.
Sólo la
imagen del hombre enterrado devorándote para siempre.
Aun así no hay
pruebas visuales de tal hecho, ya que es casi imposible encontrar alguno de los
supuestos cartuchos de la 1ª generación que salieron con estos personajes.
Después de
todo son leyendas urbanas y mitos de pokemon, o no.
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